la rompieron.

tenía la mirada ida, perdida, como rota. será q la rompieron? si, la rompieron. sino... por qué estaría así? la rompieron y la dejaron en el piso, rota, sin poder levantarse por si misma, esperando una mano q la levante, la misma mano q la tiró ahí. esa quería, no quería otra. no le lleven otra mano para q la saque de ese pozo porque ella no la quiere. no sabe q la misma q la tiró, no la puede sacar. no lo sabe. entonces espera, y espera. nunca llega. no le queda otra q tener q salir de ahí sola, a pesar de q sola no entró. después de tanto esperar esa mano q nunca llegó, le tocó agarrar la propia y así salir de ahí. sale, por fin, pero no sale como antes, ya no es la de antes, la q entró, sale nueva pero rota, siempre rota. le toca aprender a conocer la persona en la que la convirtieron, esa persona q ella no quería pero no le tocaba otra q empezar a hacerlo y ay, cómo le iba a costar, pero iba a poder, siempre pudo.
ella estaba acostumbrada a q la quieran, no a quererse. por eso cayó ahí y le costó tanto salir. porque no se supo querer y tampoco la supieron querer. no se quiso bien, no la quisieron bien.
ya quiero q se le vaya esa mirada ida y rota para poder quererla como se quiere de verdad, pero primero... primero quiero q se empiece a querer y a armar ella misma. después voy a llegar yo a quererla más.

Agostina Ramírez.

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